viernes, 6 de agosto de 2010

Un año después, seguimos sufriendo el convenio


Hoy cuatro de agosto hace un año que la patronal Anged – la que agrupa a Corte Inglés, Carrefour, Alcampo, Makro, Leroy, Media, Ikea, etc. - lograba con el aval de los “paraempresarios” de fasga y fetico sacar adelante un convenio en grandes almacenes que era presagio de las políticas y las reivindicaciones que la CEOE ha llevado por cuanta mesa de negociación se le ha visto.

No hace falta que le recordemos a los trabajadores y trabajadoras las nefastas consecuencias de lo que aprobaron en el convenio en materia de distribución de la jornada. Con la excusa de devolver el descanso semanal – un derecho que llevan más de veinte años birlandole a los trabajadores – le facilitaron a las empresas la desregulación de las jornadas habituales, con lo que no sólo impidieron el disfrute cierto y efectivo del descanso – que seguimos reclamando – sino que han puesto más dificultades a la conciliación de la vida personal y laboral. Y todo ello con el único argumento de buscar la mayor rentabilidad de las empresas, aún a costa de los derechos de los trabajadores. Porque nosotros siempre hemos defendido la necesidad de empresas más rentables, más eficaces, más competitivas, pero nunca utilizando las condiciones de los trabajadores para lograr esos objetivos. Y este nefasto convenio en esta materia se la limitado a reducir derechos, estirar horarios hasta hacerlos maratonianos, e impedir el descanso semanal efectivo.

Y qué deciros de la situación en la que se han encontrado todos los trabajadores y trabajadoras que han tenido la desgracia de caer enfermos durante este año; pués que les han descontado tres días de salario, y si la baja ha sido más prolongada, desde el 4º día solo han percibido hasta el 100% de su salario base, es decir han seguido rebajándole parte de su nomina.

Antes de que estos incautos “paraempresarios” firmaron este convenio, los trabajadores que tenían alguna baja por enfermedad percibían desde el primer día el 100% de su retribución; y teniendo en cuenta que en el momento de la firma el índice de absentismo se situaba cercano al 3%, que es un dato insignificante, lo que pone de manifiesto que no se estaba produciendo en el sector ningún problema de exceso de absentismo. Por tanto el único motivo que les llevó a rebajar estas condiciones es el puramente financiero, rebajar gasto de personal y aumentar cuenta de resultados.

Y sobre los salarios, mejor no mentarlos, este año la tabla salarial, sólo el salario base – sin complementos o demás conceptos que se pudieran tener – se ha incrementado un uno por ciento, y llevamos en el mes de agosto la inflación, es decir el IPC, en torno al 1,5%, o sea de entrada ya estamos perdiendo un 0,5%, que de seguir por estos derroteros nos encontraremos al final de año perdiendo todo lo que supere al 1%. Y la razón es muy sencilla, en este – no nos cansamos de tacharlo – nefasto convenio han suprimido la cláusula de revisión salarial, que era garantía de no pérdida de los salarios frente a la inflación final de cada año.

Cuando por el contrario los resultados empresariales que airean en los medios de comunicación siguen siendo positivos, y las empresas continúan teniendo beneficios, eso si quizás no con el exceso de abundancia que hasta ahora estaba teniendo.

Y pudiéramos seguir añadiendo a la lista de las rebajas otras muchas cuestiones, pero con estas tres ya vamos servidos.

Ahora, quizás os suene alguna de las reivindicaciones que la patronal ha venido realizando ante el Gobierno y que desgraciadamente alguna han logrado plasmar en la reciente reforma laboral. Y la patronal Anged ha sido pionera en estos planteamientos, como ya lo es en la utilización de tiempos parciales – hay empresas que más del 80% de su plantilla están contratados bajo esta modalidad – que en muy pocos casos se trata de un contrato deseado por los trabajadores, bueno debería decir trabajadoras que son las que mayoritariamente sufren esta modalidad contractual. Al igual que gana en el ranking de utilización de temporales para actividades cíclicas ciertas y que se repiten año tras año (rebajas, navidades, verano); cuando bien podrían ser trabajadores fijos con contratos de fijo-discontinuos, pero como dicen los empresarios en este sector no tenemos esa cultura. Y digo yo serán ellos, que lo que tienen es la cultura del engorde de los resultados sin que haya garantías de empleo para quienes se los producen.

A lo que habría que añadir que estas grandes empresas, no contentas con los beneficios recibidos en este convenio, se han desprendido de mas de 80.000 puestos de trabajo temporales, cuya actividad ha sido cubierta por el enjuague que han hecho con las jornadas de los fijos. En fin, que todo han sido ganancias para ellos – empresas – y pérdidas hoy y de futuro para los trabajadores y trabajadoras.

Un triste cumpleaños, que nosotros debemos recordarlo para que el 29 de septiembre ante sus puertas cerradas podamos gritarles nuestras reivindicaciones y denunciar su egoísmo desmedido.

Y sobre todo, es bueno que recordemos y hagamos que los compañeros y compañeras de los centros de trabajo no olviden a quienes han sido los culpables de su actual situación, y cuando dentro de pocos meses sean llamados a las urnas en las elecciones sindicales tengan presente las siglas de quienes rebajaron sus condiciones y de quienes seguimos peleando por su derechos.

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