martes, 10 de enero de 2012

¿Subida 'temporal' de impuestos o tormenta perfecta?


Así lo ha anunciado la portavoz del recién elegido Gobierno de España, representante de un partido político, el PP, que durante toda la campaña electoral nos saturó con un machacón, solemne y aparentemente monolítico mensaje: no vamos a subir los impuestos. El resto de su programa en materia económica lo ignorábamos, pues bien se encargaron de mantenerlo oportunamente oculto y a resguardo. Y ahora resulta que, en el “inicio del inicio” y a las primeras de cambio, lo conocido, “asegurado” y pregonado lo incumplen sin recato ni pudor. ¡No quiero ni pensar lo que puede ocurrirnos si deciden ‘incumplir’, incluso, cuanto dejaron interesadamente en el tintero!

Pero no todo son dislates contradictorios de unos dirigentes políticos que no se cansan de anunciar y emprender recortes, también hay declaraciones pasmosas que nos producen una indisimulada mueca de desconfianza, tristeza y sonrojo. Por ejemplo, cuando escuchamos decir al recién nombrado responsable de Economía, Luis de Guindos, que a lo mejor se están pasando con tanto recorte y pudieran estar yendo por un camino erróneo. Quizá lo dice consciente del desbarajuste al que contribuyó desde su puesto de privilegio en Lehman Brothers. O simplemente suelta estas perlas conceptuales para situarse frente a sí mismo y las decisiones que “se obliga” a tomar. Sea por lo uno o por lo otro, lo cierto es que no se calló de Guindos.

Como diría un buen amigo argentino, necesitan una visita urgente e inexcusable al psiquiatra (que será más barato que la incesante merma de nuestro ansiado y merecido bienestar, añado yo). Lo que está claro es que de seguir así, o van ellos o vamos el resto.

Y entre tanto, todos desorientados como patos sin cabeza, dando bandazos de una opción política a otra y con pocas posibilidades de acierto. En fin, que comienza un nuevo año con idéntico panorama que el que acabamos de superar.

Tal vez la solución resida en el ámbito de la física cuántica y el devenir de los neutrinos, con esa velocidad que supera a la de la luz y hace trizas la teoría de la relatividad. Y en esas estamos, preguntándonos a estas alturas si los tijeretazos al bienestar y la histórica subida de impuestos decretados por el Gabinete de Rajoy son ‘solo’ temporales, o si el verdadero temporal, la tormenta neoliberal perfecta, está aún por llegar.

En cualquier caso, no estaría de más, por si las moscas, que fuéramos preparando nuestros chubasqueros. Y que nadie lo dude: si tenemos que mojarnos porque el temporal arrecia, nos mojaremos.

Visto lo visto, acaso nos convenga pensar –como sagazmente sugiere Punset– que el exceso de tranquilidad no es bueno para la salud. Que lo verdaderamente adecuado para gozar de un estado de forma envidiable es mantener de modo constante cierto grado de ansiedad vital. A lo mejor, y en el fondo, es lo que persiguen con con tanta desmesura y frenesí. ¿Habrán encontrado, sin quererlo, la fórmula magistral para aliviar las tensiones de nuestra maltrecha sanidad pública? Cosas veredes (modo ironía on).

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